Poesía, desde mi blog:
FABIÁN
CASAS
A MITAD DE LA NOCHE
Me levanto a mitad de la noche con mucha
sed.
Mi viejo duerme, mis hermanos duermen.
Estoy desnudo en el medio del patio
y tengo la sensación de que las cosas no me
reconocen.
Parece que detrás de mí nada hubiese concluido.
Pero estoy otra vez en el lugar donde nací.
El viaje del Salmón
en una época dura.
Pienso esto y abro la heladera:
un poco de luz desde las cosas
que se mantienen frías.
UNA OSCURIDAD ESENCIAL
Hay una oscuridad esencial en esta calle.
Un único farol ilumina el contorno
y árboles domesticados, altísimos,
producen una música de acuerdo al viento.
Miro a mi perro,
una conciencia a ras del piso
que hurga y mea en la tierra
y pienso en mí, hundido
en el lenguaje, sin oportunidad,
sosteniendo una correa que denota
lo que fue necesario para estar unidos.
DESPUÉS DE LARGO VIAJE
Me siento en el balcón a mirar la noche.
Mi madre me decía que no valía la pena
estar abatido.
Movete, hacé algo, me gritaba.
Pero yo nunca fui muy dotado para ser
feliz.
Mi madre y yo éramos diferentes
y jamás llegamos a comprendernos.
Sin embargo, hay algo que quisiera contar:
a veces, cuando la extraño mucho,
abro el ropero donde están sus vestidos
y como si llegara a un lugar
después de largo viaje
me meto adentro.
Parece absurdo: pero a oscuras y con ese
olor
tengo la certeza de que nada nos separa.
NO ESTOY EN BATA COMIENDO NARANJAS AL SOL
Por la mañana
miro mi cara
en el espejo del baño.
Hasta hace un rato,
resucitada,
mi madre atravesaba un campo
con su bata roja.
Pero ahora estoy despierto:
finalmente, todo es natural.
Abro la canilla
y me inclino para lavarme.
Siento el ruido del agua
contra el vientre de la pileta
-pelos muertos
en el mármol blanco-.
BRUNO
Las plantas reverdecen
soportando la violencia del verano.
Tomás la regadera, el torso al desnudo
en el sol; tus ojos que se fijan
en un cielo límpido
y el viaje que termina.
Todo está como lo dejaste:
el barco en una mañana brumosa,
un hotel frío instalado en otro idioma
y esta casa, donde posaste el radio
de tu imaginación, y crecí en él.
HACE ALGÚN TIEMPO
Hace algún tiempo
fuimos todas las películas de amor
mundiales
todos los árboles del infierno.
Viajábamos en trenes que unían nuestros
cuerpos
a la velocidad del deseo.
Como siempre, la lluvia caía en todas
partes.
Hoy nos encontramos en la calle.
Ella estaba con su marido y su hijo;
éramos el gran anacronismo del amor,
la parte pendiente de un montaje absurdo.
Parece una ley: todo lo que se pudre forma
una familia.
FABIÁN
CASAS: Nació en Boedo (Bs. As.),en 1965.
Estudió
filosofía. Es poeta, narrador, ensayista y periodista. Posee varios libros
publicados.
Eloísa
cartonera - Edit. Planeta, y otros.
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