Las caminatas sobre cornisas
no suelen ser del todo seguras.
Hay quien anda bordeando su filo
hasta caer en desgracia.
O quien vuelve tras algunos pasos perdidos
como los ebrios
deambulando la noche en busca del amanecer.
Porque como se sabe
las noches en soledad son interminables
y calmas, tanto
que la misma parca se espanta de ellas.
Pero aunque parezca contradictorio,
las cornisas son adrenalísticas.
Hacen que los que las recorren
sientan el latido de la sangre en la garganta
para saber que están vivos.
Silvia Castellón
3 comentarios:
alguien caminó sobre cornisas?
muy lindo tu blog....
LALO!lautaro vera
¡Gracias Lalo, colega del taller de Mitos, creencias y leyendas que hicimos con el profe Juan Raúl Rithner en Madryn! Lo que decís es un verdadero elogio viniendo de tu parte ¿tenés blog?.
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